En el mundo del marketing y más concretamente en la publicidad existe una teoría de comportamiento llamada socio-psicológica que dice que utilizar a un famoso para que protagonice un anuncio o patrocine un producto es una apuesta segura y una forma simple de maximizar la efectividad de estas acciones. A pesar de las grandes sumas que estas celebridades exigían, los anunciantes estaban seguros de que valía la pena la inversión, ya que un famoso atrae más audiencia. Pero lo cierto es que en el último año se ha hecho cada vez más evidente la poca efectividad de los anuncios protagonizados por famosos.
Para entender el por qué de esta situación, AdAge estudió, durante los primeros 11 meses de 2010, todos los anuncios televisados en estados Unidos, y descubrieron que los anuncios con famosos tenían una efectividad inferior o igual a la media de todos los anuncios.
Esta situación se debe a que los consumidores de hoy en día no son los mismos que había hace cinco años. Los consumidores ahora se ven más influenciados por alguien de sus redes sociales que por un famoso con el que no tienen ninguna relación, además de que están mucho más informados, disponen de menos tiempo libre, son menos impresionables y sólo se sienten influidos por aquellos anuncios que les ofrecen información o son relevantes.
Lo bueno de todo esto es que los anunciantes pueden ahorrarse mucho dinero en pagar las monstruosas cifras que piden algunas estrellas e invertir, en su lugar, en buenas creaciones que tengan un mensaje consistente y creativo.
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