Puede que logremos incrementar las ventas de una empresa que tiene estancada su actividad, o promocionar un nuevo producto o simplemente posicionar la imagen de marca de un artículo para seguir conservando su posición competitiva, pero ¿a qué precio? Queremos decir, ¿qué límites tenemos a la hora de promocionar, publicitar, anunciar o como lo queráis decir?
Este artículo no quiere ser una crítica, y si alguien lo considera así, por lo menos que sea algo constructivo que nos ayude a replantearnos las cosas. Y algo que no debemos olvidar es la mítica frase del magnate Wanamaker La mitad del dinero que invierto en publicidad está malgastado. El problema es que no sé cuál de las dos mitades”.
Es cuando debemos aplicar el contenido de esa frase a nuestro mundo, si nuestra empresa dedica esfuerzos en marketing y publicidad deberíamos comenzar primeramente por crear una estrategia publicitaria coherente y acorde con nuestros objetivos. Puede que una de las dos mitades que comentábamos anteriormente se refiera a nosotros, a la hora dedicar esfuerzos económicos y mentales en una nueva campaña de publicidad o promoción comercial.
¿Pero qué pasa con la otra mitad? Debemos pensar a quienes van dirigidos esos esfuerzos, y porque a ellos y no a otros. Esa forma de actuar es el resultado de importantes investigaciones de mercado, de comportamiento y gustos del consumidor que a priori son los que dirigirán nuestros esfuerzos comerciales, ya que ¡tenemos toda la información! o al menos eso es lo que pensamos. Solo dos palabras “grave error”.
Nuestra mitad de publicidad en la que invertimos y que creíamos perfecta se puede desmoronar por un simple hecho, que a la gente una gran cantidad de minutos publicitarios le acaba saturando y cansando. Y son frases como “Tenemos que soportar hasta 20 minutos de anuncios y perdemos la atención en lo que estábamos viendo” las que como profesionales del sector debemos tener en cuenta a la hora de comercializar en el mercado.
Y ante eso ¿qué debemos hacer?, os estaréis preguntando ¿no? Vamos a ver, somos de marketing y se supone que ante situaciones adversas debemos sacar todo nuestro ingenio y creatividad que en algún momento debimos demostrar para que el jefe nos contratara.
Exactamente, consiste en buscar nuevas formas de publicitar nuestro producto y que tenga el mismo efecto y no seguir la corriente del resto de anunciantes, que lo único que conseguirán es agotar la paciencia del público y llegar a odiar a esas marcas.
En el video que os ponemos a continuación creemos que refleja a la perfección lo que acabamos de contaros, disfrutadlo y ya sabéis para otra ocasión que es lo que hay que hacer.
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