Ya queda poco para las elecciones y cada vez más vemos como los políticos se tiran los trastos a la cabeza… pero ahora no sólo lo veremos en la televisión, las redes sociales son el nuevo filón de los partidos políticos
Desde el punto de vista del marketing estratégico, las redes sociales son un acceso a un público objetivo ya segmentado a la hora de hacer el registro cumplimentando campos como la religión del usuario, su tendencia política, sexo y edad. Esto produce una fácil evaluación del público que está expuesto a la campaña y su respuesta, controlando eficazmente los mensajes emitidos y con la posibilidad de corregirla en caso de fallo.
Las redes sociales, a diferencia de las páginas web corporativas, los blogs o las webs de los partidos, en nuestro caso, son una herramienta de comunicación dinámica que debe estar en continuo intercambio con las personas que se encuentren enlazadas. Los perfiles deben estar continuamente actualizados y debe haber un diálogo entre el representante del partido o miembro de comunicación y sus contactos, y este intercambio debe ser de forma pública.
Cuando el equipo de comunicación de Barack Obama creó la red social My.barackobama.com (MyBO), un equipo de stakeholders (afiliados) llevarían la comunicación con el resto de personas que se crearan un perfil en la red.
Este perfil podría ser compartido en otras plataformas. Para hacer que la gente estuviera implicada y que la red social no quedara en desuso, se hizo un sistema de puntos de compromiso que se actualizaban todos los meses, asegurando que los miembros del partido estuvieran en continuo movimiento para mantener su posición dentro de la red o incluso subir. La creación de eventos, de grupos o de blogs a favor de Obama sumaban puntos.
Puede ser que las estrategias que se pretenden conseguir a través de la red sea afiliar a personas al partido, estudiar las corrientes de opinión o generar corrientes de opinión, o puede ser que se retenda una recaudación de fondos. Dependiendo del objetivo que se persiga deberán emplear unos métodos u otros (Barranco Saiz, 2010):
Redes sociales. Como se viene desarrollando, las redes sociales son el canal idóneo si se pretende una interacción con el usuario y futuro consumidor del producto: en este caso la acción de voto. Se empleará está herramienta como un canalizador de discursos y esfuerzos por parte de la comunidad adepta al partido, dándose un diálogo entre ellos, o entre ellos y el mandatario o encargado de comunicación del representante político
No todas las redes sociales que hay son válidas para llegar a nuestro público objetivo. Una vez que ha sido determinado el objetivo que se persigue, deberemos estudiar en qué redes nos es más viable estar y en cuáles de ellas alcanzaremos al segmento que estamos buscando y con el que crearemos vínculos.
Facebook. Está en continuo crecimiento. Es la más extendida a escala mundial. Permite la incorporación de widgets que pueden ser utilizados para redireccionar a la página oficial del partido. En la campaña de Obama se utilizó para indicar el estado de actualización de los miembros de MyBO y así atraer a nuevos usuarios. La edad media de los usuarios de Facebook es más flexible que la de Tuenti. Va desde los 20 años en adelante, cada vez se están incorporando más personas provenientes de grupos como mayores de 35 años, y amas de casa.
Tuenti. Es una red social enfocada principalmente a un público objetivo muy concreto. Demográficamente está extendido sólo en España y los usuarios son jóvenes de entre 15 a 23 años, principalmente. La presencia en esta red será útil para estudiar los perfiles de los votantes que vayan desde los 18 hasta los 23 años y evitar así que voten de forma nula o que no lo hagan. Se podrían obtener los votos de un gran segmento que tienen la capacidad de voto pero no la ejercen. La comunicación en este espacio deberá ser muy fluida, de una forma desenfadada y haciendo que el discurso del político sea más accesible. Esta plataforma permite la creación de eventos y de grupos de discusión. Esto último se puede utilizar como estrategia para hacer preguntas al candidato presidencial a través de estos grupos para que les conteste, o que los usuarios expongan un problema y el candidato diga como lo solucionaría.
MySpace. A diferencia de Facebook o LinkedIn, en Myspace se añaden contactos no conocidos en el mundo off line, lo cual proporciona una ventaja de la marca personal del político como primera toma de contacto con el candidato.
LinkedIn. Es una red de contactos profesionales. En este caso, el perfil del candidato no estará centrado en crear lazos de afinidad emocional con los usuarios, sino que el candidato responderá a las dudas de las PYMEs y profesionales que se encuentren en la red y pregunten a este cómo solucionaría un problema o qué puede hacer ese candidato por su empresa (Harfoush, 2010).
Twitter. Es una herramienta de microblogging cada vez más potente. Se basa en la premisa de transmitir ideas en tan sólo 140 caracteres y actualizar los estados frecuentemente. Puede ser muy útil para transmitir las ideas del partido, incluso su programa punto por punto de forma resumida y accesible para la comunidad, y que de este modo cada entrada o “tweet” generado pueda ser comentado por el resto de usuarios.
No importa cuántas personas sigan un perfil de Twitter, ni cuántos amigos se tenga en Facebook, sino la actividad de tus contactos y la implicación que tengan con el candidato y con el partido a la hora de dejar comentarios en otros muros y actualizar sus propios perfiles. Es por eso que se debe premiar e incentivar conductas activas dentro de la red social, y no el efecto pasivo que analiza la estructura desde fuera sin llegar a implicarse (Harfoush, 2010).
Las redes sociales permiten una fácil medición del éxito que esté teniendo la campaña, de si ha sido absorbida por el público objetivo y en último caso de modificar la campaña en caso de ir mal encaminada. Es en esta última parte donde las redes sociales pueden ayudar más al candidato.
En definitiva, la hora de definir unos objetivos dentro de la campaña política y que estos incluyan la presencia en redes sociales, su presencia en ellas debe ser cuidadosamente estudiada. Se debe conocer principalmente al público que se busca en dicha red social, crear una comunicación fluida y bilateral para crear interés y participación. La trasparencia, el respeto y compartir información deben ser las premisas que rijan la presencia del partido político, y eviten un deterioro de su imagen en la web.
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