Las mujeres constituimos el mayor mercado emergente del planeta, el 51% del mercado y realizan el 80% de las compras.
Por supuesto que no sólo decidimos qué marca de jabón de lavadora entra en casa, sino que elegimos la marca del coche, del ordenador…
Conocer a las mujeres, comprender su forma de pensar, saber qué motiva sus decisiones de compra, identificar qué les hace escoger una marca y no otra... son cuestiones hoy fundamentales en el marketing y comunicación de las marcas.
La mayoría de mujeres no se sienten identificadas con las marcas que no las representan de una manera realista y creíble.
No nos engañemos, somos, sentimos y pensamos diferente. Estas diferencias son sobradamente importantes como para ser tenidas en cuenta en las comunicaciones de las marcas con su público objetivo.
Imaginemos dos anuncios de una cámara de vídeo en revistas. En el primero tenemos una foto grande de la cámara y abajo un párrafo con sus características técnicas. En el segundo anuncio la foto principal es de una chica que sonríe. El texto dice: "Nunca olvidaré la cara de mi madre cuando yo nací".
Debajo, hay una foto pequeña de un bebé en brazos de su madre, que lo mira encantada. Y más abajo, otra foto, esta vez la cámara de vídeo y un pequeño texto con tres o cuatro de sus características mas significativas. Cuando Sony cambió el primer anuncio por el segundo, aumentó las ventas de su producto un 25%.
Faltan ideas frescas, valientes y estimulantes en la publicidad de los productos orientados al público femenino. Las mujeres huimos de la publicidad que intenta retratar una emoción sin conseguir provocarla o que las presenta como un estereotipo de un modelo masculino.
10 errores en el marketing dirigido para mujeres
1. Ignorar la importancia de lo emocional.
Mientras el hombre realiza sus compras habituales por la rutina de reemplazar sus productos, la mujer se deja llevar por los sentimientos que esa compra le provoca.
2. Recortar los precios para maquillar las ventas.
La incentivación de las ventas mediante ofertas o promociones surte en ocasiones el efecto contrario al esperado en las mujeres
3. No cambiar los productos de un año para otro.
4. Afeminar productos para hombres.
Cuando una mujer considera que el producto no ha sido originariamente creado para ella, tiende a rechazarlo.
5. Equivocarse en la diferenciación.
Los responsables de marketing de muchas marcas ignoran la importancia de estudiar las diferencias culturales de género para captar con eficacia al público femenino y lograr un marketing inclusivo de mujeres y hombres.
6. Torpe comunicación.
Contando con mujeres, formando equipo con hombres, podemos conseguir hablar a todos, no solo a ellos o a ellas. Las mujeres deben participar en la concepción de la imagen que da de ellas la publicidad para conseguir representarlas de una manera realista y creíble.
7. Descuidar la necesidad de crear productos que ahorren tiempo.
Las empresas no pueden obviar la difícil conciliación entre vida familiar, laboral, social y personal si quieren crear un vínculo de fidelidad con ellas.
8. Ignorar la importancia de lo social.
Recomiendan más y se sienten mejor haciéndolo. Pero también hay la parte negativa. Ante una mala experiencia con nuestra marca, es más probable que destruyan nuestra reputación.
9. Olvidar los diseños estéticos.
El consumidor hombre enfoca sus prioridades a la hora de la compra en la funcionalidad, la durabilidad y el precio. En cambio la consumidora valora la estética del producto como parte emocional de la decisión de compra.
10. Infravalorar la importancia del amor.
La mujer considera que el amor es el aspecto más importante de su vida. Pero el amor en todas sus facetas, como el de una madre hacia su hijo, el amor de pareja, amor de hermanos…Las mujeres casadas con hijos, sobre todo, son más receptivas a aquellos productos y servicios que digan “Te quiero”.
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